miércoles, 29 de agosto de 2012

A un irlandés


(después de leer El sueño del Celta y escuchar mil veces a Diana Uribe)

¿por qué piensas que no puedo comprenderte?
He vivido lo mismo que tú
¿crees que soy muy diferente por el cobre de mi piel
y lo hirsuto de mi cabello?
¿Acaso no ves reflejada en mi rostro tu misma expresión
de hastío y sufrimiento?

Un mundo entero se nos echó encima
una realidad extraña nos dominó con violencia
el desprecio labró en nosotros un dolor
que te obligó a amar en inglés
y a mí en español

También tuve hermanos mayores, heroicos
que descollaron entre los viejos enemigos
y cuya sangre cayó sobre nosotros
como maldición bíblica.
Hermanos que comieron esperanza,
que vivieron de ideales
y que no pudimos proteger de Ares

Otros, muchos hermanos
parecen también hijos de Molly
como campanas doblando
me llegan sus lamentos
El sol que adoraron los padres
nos ha abandonado

Estoy en ese momento
¡oh tormentoso momento!
en el que veo opacarse mis deseos
donde la realidad, abrumadora y triste
desmonta mi castillo de utopías

Enséñame, hijo de Gael
a entender lo que no he podido
el sinuoso pasadizo del renacer
que vas recorriendo a paso firme