El sol renace vigorosamente
matizando de dorado las palmas
derramando el optimismo a las almas
que anoche soñaron lúgubremente
Renacen el ave y el pajarillo
han abandonado el terror nocturno
de la esperanza ha regresado el turno
para regir el inmenso castillo
Este domingo intenso ha aparecido
respiro un aire de resurrección
el llanto y el dolor se han escondido
En la región de la satisfacción
sólo hasta cuando el oscuro enemigo
de nuevo su maldad haya ejercido