Sólo
muchos años después, cuando se hubo sobreseído y archivado, el capitán
Arcesio Camacho se dio un tiempo para repasar el único caso que no había podido resolver: Waldemar Viáfara había muerto desangrado en su habitación con una
herida en el abdomen. Su hija Valentina estaba en la habitación
contigua durmiendo. La única pista la había dado él mismo diciendo: "doblevé". Sus hijos William y Wilson habrían podido cometer
el crimen; uno tenía el móvil pero no tuvo la oportunidad, y el otro tuvo la
oportunidad pero no el móvil, a pesar de los esfuerzos el asesinato nunca se
pudo resolver, por lo menos hasta ese momento, cuando Camacho cayó en cuenta de Valentina Viáfara.
miércoles, 23 de enero de 2013
7 de 10 para "Cianuro espumoso"
Ya en las primeras líneas quise renunciar a la
lectura: había visto esa muy buena adaptación para tv del cuento “iris
amarillos” y por el planteamiento inicial supuse que sería una repetición. Sin
embargo me sobrepuse a la decepción y empecé a leer suponiendo que ya conocía
al asesino y que la lectura sería cosa de trámite. Estaba equivocado, sin
embargo.
Con motivo del cumpleaños de Rosemary Barton su
esposo George organiza una cena en el restaurante “Luxembourg”; la acompañan
Stephen Farraday , político ambicioso (perdón por el pleonasmo) de origen
desconocido, con una fuerte presencia en el parlamento; su esposa Sandra,
posesiva, temeraria, heredera de una dinastía política importante; Anthony
Browne, un tipo del que nadie sabe nada pero como siempre, cuenta con encanto y
carisma; Ruth Lessing, secretaria incondicional de George, y la hermana de
Rosemary, Iris, una chica de carácter retraído.
Se apagan las luces del restaurante para
ofrecer a los comensales un espectáculo y cuando se vuelven a encender Rosemary
está muerta, se encuentra cianuro potásico en su bolso y el increíble dictamen
judicial, como lo resaltan varios de los personajes es “suicidio después de una
fuerte gripa” A pesar de lo insólito que parece nadie cuestiona el fallo, de
pronto su marido comienza a recibir una serie de anónimos advirtiéndole que su
esposa ha sido asesinada,
Con esa sospecha en la cabeza, George Barton
decide organizar un el mismo sitio, un año después, una cena con los mismos
invitados, y decide invitar también a un antiguo amigo suyo: el coronel Race,
que se niega a asistir por lo descabellado del plan, pero que va a jugar un
papel importantísimo en el resto de la novela.
El libro está dividido en tres partes, que
corresponden, cómo no, a las partes de la narración, que están correctamente
definidas como suele hacerse en esta clase de novelas , la traducción de esta
obra me tenía un poco molesto por la constante repetición de la expresión
“conque” además de algún término mal traducido que vi por ahí.
Los personajes están bien delimitados y sus
actuaciones se acomodan a la descripción psicológica que le dio la autora;
aunque el final me sorprendió no me dejó plenamente satisfecho: me parecía un
poco fantástico el hecho criminal, sobre todo un asunto relacionado con la
nacionalidad y el aspecto del asesino, aunque tengo que reconocer que el móvil
esto todo el tiempo frente a mí y no lo vi.
En resumen: 7 de 10, un buen libro para pasar
el rato y entretenerse en la resolución de los crímenes de esta prolífica
autora inglesa que tantas horas de esparcimiento me sigue dando.
Etiquetas:
Agatha Christie,
Cianuro espumoso
lunes, 7 de enero de 2013
Mi caballero de la triste figura
¿Es que hay algo más trillado en literatura
española que Don Quijote? Supongo que no. Aún sin haberlo leído todos saben la
trama (lo cual parece una maldición a la que están condenados los clásicos) y
cientos de estudiosos, a lo largo de la historia le han dado distintas
interpretaciones a esa ópera prima de la novela española y mundial. Desde hace dos años estoy dando la cátedra de
lengua castellana en los grados décimo y en algunos pre icfes he tenido que
tocar el tema de Don Quijote, me atormentaba un poco no haberlo leído todavía y
me propuse al menos la primera parte antes de terminar este año: a tres horas y
media estoy escribiendo este sencillo comentario.
Cuando explicaba el tema de la novela les decía
a mis estudiantes que una de sus diferencias con el cuento era la diversidad de
historias que tenían como eje central a una. Don Quijote, la novela primitiva,
nos va mostrando la multiplicidad de historias que se tejen como quien hace una
lasagna, una historia sobre otra; más que todo en la venta, cuando los
huéspedes van llegando y se van encontrando Don Fernando y Dorotea, Cardenio y
Luscinda, y los otros. En medio de esa necesidad de contar estas historias me
da la impresión de que, en ciertos momentos, el autor se “encarta” con don Quijote,
no sabe qué hacer con él mientras las otras historias se cuentan; Ahora, nada
de eso le resta sabor a lo que se relata: en la literatura moderna hay otras
técnicas para contarlas, pero esta es la primera que lo hace y por eso es
admirable, tal vez algo rudimentaria, pero admirable.
Si bien es cierto que la longitud de la novela
permite cambios en los personajes también es que el de Don Fernando, de villano
a héroe, en dos o tres párrafos no parece muy coherente. Es uno de los lunares, además de los errores
del asno de Sancho que ha sido robado y luego aparece sin explicación
Por lo que había leído y consultado en los
libros de texto, pensé que Don Quijote sería un tipo pacífico, sin embargo le dice a Sancho: las armas tienen por fin y objeto la paz. Me sorprendió mucho leer esto, puesto que yo me lo imaginaba más bien pacífico, luego caí en cuenta de que es exactamente el reflejo de la vida caballeresca que en su locura desea emular, Sancho tampoco me pareció el sentido común, pues alguien que esté en sus cabales no acolita sin sospechas las aventuras del caballero de la triste figura, tiene algo de demencia disfrazada de ingenuidad.
Cuando se lee la trillada biografía de Cervantes y luego el libro, se da cuenta de que Don Quijote y Cervantes comparten la mala suerte: el autor ha sufrido un secuestro y dos carcelazos, mientras que el personaje es un hijodalgo venido a menos, Sin embargo, Don Quijote decide lanzarse a su última aventura en vez de quedarse envejeciendo en su hacienda, se decide a vencer el hastío y se embarca en la vida caballeresca y a pesar de las aventuras con los yangüenses (¿de donde vendrá el nombre?) con los molinos de viento y con los demás obstáculos persiste en la idea de reivindicarse con el ideal caballeresco, ahí está su idealismo, su valor como verdadero caballero.
Gocé con las situaciones graciosas, me encantó el reencuentro de Andrés con Don Quijote y sobre todo la conversación que señor y escudero tienen acerca del supuesto encuentro de Sancho con su señora Dulcinea en el marco de la carta que nunca le entregó. El humor de la obra permite que uno se enamore más de la historia, el asunto del yelmo de mambrino, el susto que pasaron los dos frente a los batanes, y todas esas cuiosas desventuras por las que el caballero de la triste figura va acercándose cada vez más al corazón de quienes lo leen
También me encantó el escrutinio de el cura y el barbero de los libros de caballería y de otros del tiempo de Don Quijote, donde se nombran otras obras de Cervantes, fragmento que se complementará con la parte final de la conversación entre los clérigos acerca de la calidad de la literatura de su tiempo, donde, se quejan, también la superficialidad es más aceptada que la calidad.
Desde ya afirmo que uno de mis propósitos para este año es leer la segunda parte y continuar disfrutando de las reflexiones, los errores y las adversidades de este caballero para poder enseñarlo con más ganas y el conocimiento digno de tan magistral obra.
Cuando se lee la trillada biografía de Cervantes y luego el libro, se da cuenta de que Don Quijote y Cervantes comparten la mala suerte: el autor ha sufrido un secuestro y dos carcelazos, mientras que el personaje es un hijodalgo venido a menos, Sin embargo, Don Quijote decide lanzarse a su última aventura en vez de quedarse envejeciendo en su hacienda, se decide a vencer el hastío y se embarca en la vida caballeresca y a pesar de las aventuras con los yangüenses (¿de donde vendrá el nombre?) con los molinos de viento y con los demás obstáculos persiste en la idea de reivindicarse con el ideal caballeresco, ahí está su idealismo, su valor como verdadero caballero.
Gocé con las situaciones graciosas, me encantó el reencuentro de Andrés con Don Quijote y sobre todo la conversación que señor y escudero tienen acerca del supuesto encuentro de Sancho con su señora Dulcinea en el marco de la carta que nunca le entregó. El humor de la obra permite que uno se enamore más de la historia, el asunto del yelmo de mambrino, el susto que pasaron los dos frente a los batanes, y todas esas cuiosas desventuras por las que el caballero de la triste figura va acercándose cada vez más al corazón de quienes lo leen
También me encantó el escrutinio de el cura y el barbero de los libros de caballería y de otros del tiempo de Don Quijote, donde se nombran otras obras de Cervantes, fragmento que se complementará con la parte final de la conversación entre los clérigos acerca de la calidad de la literatura de su tiempo, donde, se quejan, también la superficialidad es más aceptada que la calidad.
Desde ya afirmo que uno de mis propósitos para este año es leer la segunda parte y continuar disfrutando de las reflexiones, los errores y las adversidades de este caballero para poder enseñarlo con más ganas y el conocimiento digno de tan magistral obra.
Etiquetas:
análisis Don Quijote,
Cervantes,
Don Quijote
Suscribirse a:
Entradas (Atom)