En la mañana del
viernes santo se hizo tendencia el hashtag #TengoDerechoADormir por cuenta de
un bogotano que salió airado a increpar a la procesión de un viacrucis que
pasaba por su apartamento porque “tenía derecho a dormir” Como siempre las
redes se llenaron de memes, reacciones y comentarios incluso de gente
reconocida como Daniel Coronell opinaron sobre el tema, la cosa parece baladí,
pero creo que se pueden analizar algunos aspectos de nuestra realidad en el
video y las reacciones que provocó.
Si bien todos
nos hemos molestado por la realización de procesiones, marchas, protestas o
manifestaciones también la mayoría somos conscientes de que esto hace parte de
la libertad de expresión, puede que para algunos una procesión del viacrucis no
valga lo mismo que la de los animalistas, por citar una; pero ante la ley son
expresiones de comunidades con igual reconocimiento y cumplidos todos las
condiciones que se imponen en estos casos no debería haber ninguna restricción
para hacerlas, por eso en la altisonancia del que protesta diciendo entre otras
cosas que la procesión “es un delito” hay claramente un sesgo según el cual
pareciera que hay unas expresiones ‘más iguales que otras’ Utilizando ese mismo principio egoísta de
‘bienestar individual’ mañana alguien podría salir a insultar una marcha,
digamos del orgullo gay, porque el ruido que hacen le provoca dolor de
cabeza. Un despropósito total.
También es
cierto que no todas las marchas deben ser toleradas: marchas del odio, por
ejemplo, en las que se brinden espacios para magnificar la eugenesia o el
racismo no deberían tener consideración en nuestra realidad, ya sabemos que no
todas las ideologías son respetables, pero está claro que no es este el caso de la procesión del
viacrucis.
Que haya
marchas, manifestaciones feministas, de la comunidad LGBTI, los animalistas,
los sindicalistas (yo que soy profesor sindicalizado), los uribistas, pero que
haya espacio también para los católicos, los musulmanes, los cristianos, los
judíos, que los colombianos aprendamos a respetar al otro, su visión del mundo
y sus manifestaciones religiosas, étnicas, culturales o las que sea. No podemos
pretender tener un planeta para nosotros solos.
"Lo que ustedes hacen es un delito" decía el hombre a los de la procesión |