jueves, 29 de marzo de 2018

La pendejada de votar en blanco



En vísperas de las elecciones legislativas escribí en mi cuenta de Facebook que votar en blanco era una perdedera de tiempo, muchos amigos y compañeros protestaron con el argumento de que era un voto tan legítimo como cualquier otro; es verdad: lo que discuto no es la legitimidad del voto, sino su utilidad ¿sirve para algo votar en blanco?  En mi opinión no solo es inútil sino que ayuda a las maquinarias de siempre. Piense en esto: mientras usted ‘protesta’ votando en blanco, los que venden su voto por un tamal, por una camiseta, por un contrato sí saben a quien elegir, por eso terminamos el domingo 11 de marzo, por ejemplo, con tantos congresistas de un partido cuestionadísimo como Cambio Radical.

Para aceitar estas maquinarias, los partidos y politiqueros tradicionales recurren a introducir subrepticiamente falsos argumentos para incitar al voto en blanco, el más común es el de que todos los políticos son iguales; pregunté a quienes defendían el voto en blanco sobre si habían estudiado las hojas de vida, las trayectorias y las propuestas de los candidatos por supuesto ninguno lo había hecho, simplemente repiten el mantra de ‘todos son iguales’ y muchos votan en blanco para tranquilizar su conciencia del deber ciudadano, a algunos incluso votar en blanco les produce cierta superioridad moral y lo dicen orgullosos "es cuestión de dignidad" me dijo un tipo en las redes. No, amigos, no todos son iguales, hay gente respetable con la que se podrían cambiar las prácticas corruptas de la política nacional. Simplemente hay que leer y estudiar a los candidatos.




Alguno concordó conmigo y me dijo: “listo, para las legislativas no vale la pena votar en blanco, para las presidenciales sí” Tampoco: Yo veo 6 candidatos que representan distintos espectros políticos: desde la ultraderecha hasta la ultraizquierda, tienen errores y han cometido equivocaciones, pero no podemos pedirle a los ángeles que nos gobiernen. Que si gana el voto en blanco hay que cambiar a los candidatos es cierto, pero servirá de poco porque los que ponen a los nuevos candidatos serán los mismos partidos, cambian a Vargas Lleras por Rodrigo Lara, por ejemplo ¿serviría de algo? Nada.

El único escenario en el que yo podría votar en blanco es en una segunda vuelta si ninguno de los dos candidatos satisface mis expectativas, pero de resto es un ejercicio bastante inútil y me alarma que a dos meses de las elecciones presidenciales la encuesta de Guarumo sitúe el voto en blanco con cerca del 12% más un grupo de casi 6% de indecisos, un porcentaje muy alto. Para estas elecciones es peor porque habrá dos votos en blanco: uno que pertenece a un movimiento político que por cada voto de esos recibirá dinero (!!!) por reposición, el otro será el voto en blanco convencional.

De manera que todavía tiene tiempo para buscar a un candidato con una hoja de vida, una trayectoria y unas propuestas que represente su ideal de país, una democracia fuerte se nutre de la participación de la mayoría de los ciudadanos. Es la única manera de cambiar el país.

martes, 30 de enero de 2018

Frotar


Acabo de leer un cuento sobre un hombre solitario
que dibujaba sus sueños
En carboncillo delineaba febrilmente los contornos de sus amantes
Esas figuras, de senos pequeños y grandes caderas
Le gritan obscenidades con voces aflautadas
abren sus piernas y se muerden los labios
él siente que lo desean,
ellas le emocionan, le excitan sobremanera
los músculos tensos, el corazón galopante
una gota de sudor que recorre la espalda
la respiración agitada del asmático

Al fin llega el placer solitario
Que se desgarra en quedos gemidos de placer
Los amantes se sonríen
Ya no hay culpa en ellos
El placer doloroso se difunde por sus cuerpo
las piernas se relajan
Son ahora un péndulo en reposo

La mujer obesa sigue viéndolo con simpatía
con la satisfacción de quien superó el remordimiento
Él vuelve a su ensimismamiento
al jazz, a los libros,
ya será de noche otra vez
Volverá a soñar, ya con ella, ya con otra