miércoles, 14 de mayo de 2014

Lectura, Felicidad y Progreso



Todos los pueblos desean que las generaciones futuras alcancen los logros que quedan pendientes y puedan vivir mejor que sus padres,  ese es, básicamente, el concepto de progreso y se supone que pensando en eso se diseñan las políticas educativas de un país, lamentablemente en una nación como esta, que se improvisa cada día, el problema de la educación es secundario porque hay que ir apagando incendios en todos los otros frentes y parece no haber modo de ofrecerle a los futuros colombianos una base de estabilidad para ser felices, porque es la educación, y no la cerveza, como nos lo venden tan desacertadamente en los medios, lo que hará de este el país de la alegría.

Según un estudio publicado en diciembre pasado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) acerca del comportamiento lector en nuestros países, Colombia ha mostrado una mejoría interesante en el tema de lectura con respecto a mediciones anteriores, sin embargo sigue preocupando el dato de que el 52% de los colombianos se consideren No lectores y que de estos, el 64% afirme que no lee porque no le interesa, con resultados como esos no es difícil suponer por qué en las elecciones pasadas fueron tantos los votos nulos y por qué varios congresistas cuestionados se mantuvieron en sus curules.

Como docente constato diariamente esa apatía hacia la lectura: es producto de una formación cultural desacertada y décadas de políticas educativas mediocres encaminadas a formar solo trabajadores y no seres humanos plenos. Se ha hablado mucho en las últimas semanas de las pruebas PISA y queda el interrogante si en el actual enfoque educativo se está instruyendo a los estudiantes únicamente para rellenar óvalos en las diferentes pruebas (SABER, SABER 11, SABER PRO) en mi opinión: si hacemos que los niños y jóvenes amen la lectura, no va a ser necesario tanto aprestamiento.

Borges decía que la lectura era una de las formas de la felicidad, y ese concepto es el que hay que transmitir a los niños, sobre todo en la primera infancia que es cuando se forman sus gustos y actitudes. El único vehículo en el que pueden viajar la autonomía y la felicidad es la lectura placentera.  Visto desde esa perspectiva.  ¡Qué fácil es, alcanzar el progreso!